Alma, una amiga para admirar
Alma comenzó a trabajar a los 15 años, ya que al ser la más grande de sus hermanos tenía que ayudar a su mamá con el gasto. Alma dejó de estudiar después de que terminó la secundaria, trabajaba seis días de la semana en una fábrica, sus metas eran sólo tener dinero el día de la quincena para cubrir los gastos y ocasionalmente salir con sus amigos para ir a divertirse, aunque gastara una parte de su quincena. Ella pensaba que su historia de vida sería como la de su mamá, terminar con hijos, sin marido y trabajando como obrera.
A sus 20 años, Alma no sabía que tenía habilidades para calcular gastos y administrar recursos, (aunque desde que estaba chica le gustaban las matemáticas y era muy organizada). Un día ella estaba en la fábrica y la persona que le ayudaba al gerente de costos faltó, así que le pidió ayuda, él ya había observado que ella tenía habilidades para el cálculo matemático.
Cuando Alma terminó lo que el gerente le había pedido recibió una felicitación y después la cambiaron de puesto. Alma, al sentirse valorada y aceptar que tenía habilidades para hacer una actividad diferente, decidió cambiar su plan de vida y eligió retomar sus estudios, así que inició el bachillerato y lo terminó en dos años; aunque ella también se casó y tuvo un hijo, se dio cuenta que las habilidades no se pierden, sino que se “desarrollan” con el tiempo, lo importante es darse la oportunidad para demostrarlas. Alma consiguió ser una buena estudiante en bachillerato abierto, y ahora está estudiando el 5º semestre de administración de empresas, bajo una modalidad mixta.
Alma comenzó a trabajar a los 15 años, ya que al ser la más grande de sus hermanos tenía que ayudar a su mamá con el gasto. Alma dejó de estudiar después de que terminó la secundaria, trabajaba seis días de la semana en una fábrica, sus metas eran sólo tener dinero el día de la quincena para cubrir los gastos y ocasionalmente salir con sus amigos para ir a divertirse, aunque gastara una parte de su quincena. Ella pensaba que su historia de vida sería como la de su mamá, terminar con hijos, sin marido y trabajando como obrera.
A sus 20 años, Alma no sabía que tenía habilidades para calcular gastos y administrar recursos, (aunque desde que estaba chica le gustaban las matemáticas y era muy organizada). Un día ella estaba en la fábrica y la persona que le ayudaba al gerente de costos faltó, así que le pidió ayuda, él ya había observado que ella tenía habilidades para el cálculo matemático.
Cuando Alma terminó lo que el gerente le había pedido recibió una felicitación y después la cambiaron de puesto. Alma, al sentirse valorada y aceptar que tenía habilidades para hacer una actividad diferente, decidió cambiar su plan de vida y eligió retomar sus estudios, así que inició el bachillerato y lo terminó en dos años; aunque ella también se casó y tuvo un hijo, se dio cuenta que las habilidades no se pierden, sino que se “desarrollan” con el tiempo, lo importante es darse la oportunidad para demostrarlas. Alma consiguió ser una buena estudiante en bachillerato abierto, y ahora está estudiando el 5º semestre de administración de empresas, bajo una modalidad mixta.
Después de leer esta historia detente y piensa lo siguiente: ¿Ha cambiado tu plan de vida a partir de los estudios? ¿Has considerado otro distinto?
Indicaciones: De acuerdo a tu reflexión personal completa el siguiente cuadro.
Plan de vida antes de iniciar tu bachillerato (Anota lo que querías) | tú estás aquí | Plan de vida después de iniciar tu bachillerato (Anota lo que quieres a partir de ahora) |
Siempre hay una mirada distinta para observar la vida, lo que a veces pensabas como única alternativa, tendrá otras opciones. Sabes que tu elección de comenzar el bachillerato ya ha cambiado tus actividades cotidianas y las modificará aún más, y que te servirá para hacer algo distinto en el futuro.
¿Estás preparado/a para iniciar tu bachillerato y terminarlo?, ¿te has imaginado las posibilidades que tendrás al terminar tu bachillerato? Seguramente contestaste que sí, por lo tanto, tus estudios te encaminan hacia tu auto-realización. ¡Felicidades! y ¡Te damos la bienvenida! tendrás un gran reto por lograr y te has responsabilizado de ello. Para formalizar tu compromiso, ahora redacta los primeros incisos de tu contrato.
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